Viajar al Tibet es descubrir una forma de vida ancestral y milenaria, llena de tradiciones y leyendas populares como la vida de los monjes en sus altas colinas, los encantos de su capital Lhasa, increíbles monasterios, enormes palacios y verdes planicies donde los yaks y las ovejas pastorean al ritmo de las poblaciones nómadas.

Tibet

El centro cultural de Tibet, donde se da lugar a las ciudades principales y a los pequeños pueblitos que les rodean como Gyantse, Shigatse, Tsetang y por supuesto Lhasa se encuentra al occidente, ocupa tan solo una cuarta parte de todo el país!

Para disfrutar de un viaje a Tibet, se llega a la capital Lhasa (volando sobre los impresionante picos mas altos de todo el mundo) un pequeña pero bastante movida ciudad, donde se pueden visitar los hermosos templos hindúes, budistas de dorados techos, interesantes e históricos monasterios, además de su vida urbana con los bares y restaurantes locales. A pocos kilómetros del centro, vale la pena conocer el parque nacional de Chitwan, donde montados sobre un elefante comienza la excursión por el enorme safari.

Pastoreando en Tibet

Para visitar algunas de las ciudades mas populares como Shigatse, Tingri y la hermosa ciudad principal de Gyantse, es necesario contar con algún medio de transporte preferiblemente un todo terreno ya que muchos de los caminos por estas poblaciones están incomunicadas o un tanto en mal estado.

El monte Everest

La mayor atracción de los viajes al Tibet es definitivamente el Monte Everest, conocido como el Techo del Mundo extendiéndose por la fría meseta tibetana. Donde además se puede disfrutar de la antigua tradición de los templos sagrados a su alrededor.

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