Jordania ha sido eje de muchos imperios y tierra santa para las tres grandes religiones monoteístas. Esto ha dejado un gran patrimonio histórico y cultural que es imperdible.

Una de los lugares más visitados es Petra, la joya de Jordania y una de las Nuevas 7 Maravillas del Mundo. Tallada en la roca, esta ciudad de los Nabateos ha sido el destino favorito del país desde el siglo XIX. Es especialmente bella durante las puestas de sol en invierno, cuando la ciudad se enciende por luz hasta adoptar tonos color rosa.

Otras opciones incluyen el Monte Nebo y descubrir el lugar donde se le prometió a Moisés la tierra prometida y donde se dice está el Arca de la Alianza. La ciudad de Amman tiene excursiones al anfiteatro romano y en ella se encuentra el Museo Arqueológico de Amman tiene un selección de manuscritos del Mar Muerto. En cuanto a historia más reciente, la fortaleza de Azraq es donde Lawrence de Arabia tuvo sus cuarteles en la revuelta árabe de 1917.

Una actividad común es contratar a un guía e ir en camionetas 4×4—o en camellos— al desierto del este. Justo cuando crees que estas en el medio de la nada, te tropiezas con el castillo Qasr al Tuba, uno de los más remotos de los Umayyad. Finalmente es recomendable bañarse en las densas aguas saladas del mar muerto y luego recibir tratamientos en los spas de los alrededores.

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