La isla de Menorca tiene 216 kilómetros de costa en los que playas y calas se suceden incansablemente en una variedad muy amplia. El único factor común que todas comparten es la calidad de sus aguas transparentes y limpias. Desde playas y calas con todos los servicios y comodidades para pasar largas estancias a orillas del mar, hasta playas vírgenes y sin servicios a las que no es muy difícil llegar andando o en coche. Y es que, gracias a su riqueza ecológica, Menorca fue declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.

Cala Torrent en Binibeca

Toda la costa ofrece al visitante magníficas posibilidades para realizar deportes, especialmente náuticos. Ya sean arenales inmensos o pequeñas calas de roca todo el fondo marino de Menorca es uno de los predilectos por los submarinistas.

Cala en Menorca

Las costas difieren mucho debido a su ubicación. El sector ubicado con orientación norte tiene costas más abruptas, de arenas más rojizas y oscuras, como la famosa cala Pregonda. La vegetación no es tan frondosa ni de gran altura. Todo debido a que está bajo la influencia del viento de Tramontana, que en ocasiones puede tener mucha fuerza.

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Las costas del sur, o del Migjorn, tienen arenas blancas y muchas de ellas están rodeadas por magníficos pinares que le dan abrigo y la esconden de las miradas. También el relieve es mucho más suave en esta zona. Aquí podemos encontrar las conocidas calas Galdana, Mitjana, Macarella y y Turqueta o playas que admiten nudismo como la de Macarelleta.

Cala Porter de Menorca

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