El queso roquefort popular en todo el mundo no solo por su sabor intenso sino también por su precio bastante elevado, es famosos además por la preparación compleja de la cual es parte.
Para su producción se necesitan varios ingredientes entre los que resaltan la leche de 4 diferentes razas de ovejas (la Lacune, Lorzac, Segola y Causses), la intervención científica para conseguir el punto exacto de añejamiento, y la conservación del queso mismo en la región de Causse, que en sus grutas le mantienen con una precisión en términos de humedad.
Además de estos insumos, el queso roquefort necesita del hongo Penicillium roquefortii, que es durante la producción esparcido sobre el cuajo.
Lo interesante de este queso preparado en las grutas de la montaña Combalou en la región de Causse en Francia, es su estado de añejamiento específicamente en este lugar, pues como se ha dicho su ambiente es pertinente para preparar al queso con su sabor intenso y maduro.
Se dice que varios reyes fueron adoradores del roquefort: Carlos VI y Luis XV, entre los primeros y que fue gracias a su paladar que el roquefort fue desarrollado tanto técnicamente como potencializado en su exportación.
La denominación de origen se le concedió en 1925.
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