Francia es un país reconocido a nivel mundial no solo por su gastronomía que mezcla intensos sabores, texturas y fusiones, sino también, por ser uno de los más importantes productores de queso en el mundo, detalle que ha llevado a que Francia sea reconocida como “El país de los mil quesos”.

En Francia podemos encontrar la mayor variedad de este producto derivado de la leche proveniente de animales como la vaca, la cabra, y la oveja (incluido los curados, semicurados, azules y frescos); y, degustarlo en distintas presentaciones dentro de la comida típica más resaltante de Francia.

Su viajamos a Francia podremos ver que una de las rutas turísticas incluidas es la del queso, donde podremos recorrer establecimientos donde degustar entre los más de cuatrocientos tipos de quesos que ostenta este país; además, si viajamos en marzo quizás estemos en Francia para el 29 de marzo, día en que se celebra el Día Nacional del Queso.

Aunque su origen sea francés, los quesos franceses se han vuelto populares en gran parte de los países del mundo, siendo incluidos en la preparación de aperitivos, entremeses, primer plato, segundo plato, sopas, postres, y otros. Dentro de los principales quesos franceses que se consumen en el mundo, tenemos:

Brie. Su origen data del siglo XIII y desde la antigüedad fue reconocido como “El rey de los quesos”. Su apariencia es blanda, de color amarillo, forma cilíndrica y corteza con apariencia enmohecida.

Camembert. Originario de Normandía en el siglo XVII, el queso Camembert es elaborado con leche de vaca grasa, siendo más solicitados los fabricados con métodos artesanales.

Emmental. Este queso es fabricado con leche entera y cuenta con una apariencia semidura, de grandes agujeros, y es de color amarillo. Es considerado como uno de los quesos tradicionales de la gastronomía francesa.

Roquefort. Originario de la provincia de Aveyron, es considerado el queso francés más antiguo. El queso roquefort es elaborado con leche de oveja, teniendo una apariencia semiblanda, blanca, corteza enmohecida, forma redonda, y suele ser presentado envuelto en papel aluminio. Su sabor es fuerte y se encuentra en su punto cuando puede ser untado.

Saint Nectaire. Elaborado con leche fresca, su corteza es semi dura y cuenta con un sabor exquisito a avellana. Es un queso artesanal y su presentación es plana o cilíndrica.

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