La arquitectura del antiguo Egipto se caracteriza por su monumentalidad. Entre las construcciones más importantes, se encuentran las pirámides y los templos. En este artículo te hablamos de las generalidades de este modelo de edificación y las principales obras arquitectónicas de los egipcios.

A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.

Índice del artículo

La arquitectura egipcia: características y principales ejemplos

Características generales

El material más utilizado por los egipcios es la piedra, ya que gracias a ésta los edificios más importantes eran imperecederos. En los inicios, también usaron otros componentes como la madera o el adobe, pero a partir del Imperio Antiguo éstos se relegaron a las construcciones menos importantes.



La arquitectura era arquitrabada o adintelada. Esto quiere decir que, aunque los conocían, no utilizaban el arco y la bóveda. Elaboraban figuras rectas que se apoyaban sobre pilares o columnas. En caso contrario, no podían alcanzar la monumentalidad que deseaban. Los muros eran gruesos, lo que aumentaba el colosalismo de los edificios.

El soporte más utilizado fue la columna. Pese a que diseñaron diferentes tipos, la más usada fue la columna protodórica. Las características de este tipo son las siguientes:

  • Fuste (parte central) cuadrado
  • Capitel (parte superior) en forma de ábaco
  • Base sencilla, sin decoración

El primer arquitecto conocido de la historia fue Imhotep, que nació en Egipto en el 2.690 a.C. Asimismo, era sumo sacerdote de Heliópolis, científico y médico. Diseñó la Pirámide escalonada de Zoser, la primera de la que se tiene constancia.

Gracias a los elementos arquitectónicos, las formas y los sistemas constructivos usados, gran parte de la arquitectura egipcia ha llegado hasta nuestros tiempos. Si quieres conocer otros aportes de esta civilización, te recomendamos leer el siguiente artículo: Aportaciones de la antigua civilización egipcia a la humanidad.

Arquitectura religiosa

La religión era una parte fundamental de la sociedad del antiguo Egipto. Por ello, fueron numerosas las grandes construcciones religiosas que elaboraron a lo largo de los años.

Templo

El templo era el edificio utilizado para honrar a los dioses. La mayoría tenían una distribución semejante, que se dividía en las siguientes partes:

Avenida de Esfinges
un paseo que conducía al templo y estaba lleno de esfinges, unas figuras con cuerpo de león y cabeza humana.
Pilono
era la entrada, formada por un gran muro ante el que se colocaban obeliscos o representaciones del faraón.
Sala Hípetra
un patio abierto rodeado de columnas. En su interior había una gran cantidad de esculturas. Podía entrar cualquier persona.
Sala Hipóstila
se encontraba en el interior. Era una habitación con columnas gigantes a la que sólo podían acceder el faraón, los sacerdotes y los altos cargos.
Santuarios
eran las salas más importantes. La conocida como Sancta Sanctorum era la dedicada al dios principal. En otra sala se encontraba la barca que se sacaba en las procesiones por el río. Solo podían entrar el faraón y el sacerdote principal.

Entre los templos más importantes encontramos el de Karnak, considerado el complejo más grande de Egipto. También destaca el Templo de Lúxor, en la antigua Tebas, gracias a su óptimo estado de conservación.

Por otro lado, había otro tipo de templo, el funerario, cuya función era la de conmemorar a una persona ya fallecida. Un modelo es el Ramesseum, ordenado construir por Ramsés II.

Obelisco

El obelisco era otra de las representaciones religiosas más destacadas. Consistía en una columna alargada de forma cuadrangular que se elevaba sobre una base de mayor tamaño.

En ella se esculpían inscripciones jeroglíficas que indicaban el faraón que lo había encargado y el dios al que estaba dedicado. Si te interesa conocer la escritura jeroglífica, encontrarás más información en este artículo: La escritura y los jeroglíficos egipcios: significado y características.

La punta tenía forma de pequeña pirámide y se le conocía como piramidión. Éste solía estar recubierto de oro, bronce o alguna aleación de metales. Los obeliscos más altos llegaron a medir 28 metros.

Desde la aparición del Imperio romano, la mayoría de los obeliscos construidos por los egipcios se transportaron a las grandes ciudades de otras culturas. En la actualidad, tan sólo seis se conservan en Egipto.

Construcciones funerarias

Los egipcios creían en la vida eterna después de la muerte. Para garantizarla, diseñaron grandes construcciones que siguen asombrando en la actualidad.

Mastaba

La mastaba fue el primer modelo de tumba para faraones y personas destacadas que elaboraron los egipcios durante el Periodo Arcaico y el Imperio Antiguo. Era de planta rectangular y contaba con una cámara subterránea en la que dejaban el cuerpo a través de un pozo.

También tenía una capilla para que la gente hiciera ofrendas. Otra sala era el serdab, donde se colocaba una estatua del difunto en la que se pensaba que permanecía el ka, una parte del espíritu humano.

Uno de los ejemplos más famosos es la Mastaba de Idu, en Guiza. Idu fue un importante funcionario de la dinastía VI. Una de las particularidades de este edificio es que cuenta con una puerta falsa.

Pirámide

Las pirámides son el monumento funerario más reconocido de esta civilización. Comenzaron a elaborarse en la Dinastía III como una construcción fúnebre exclusiva de los faraones. La primera fue la Pirámide de Zoser, del 2.700 a.C., la cual puedes observar en esta imagen:

Este modelo es escalonado, ya que se forma por una superposición de mastabas. Las siguientes se construyeron con una doble pendiente, como es el caso de la del faraón Seneferu. Más tarde, se diseñaron las pirámides lisas.



En el interior de éstas se encontraban pasillos y cámaras que quedaban cerrados tras el entierro del faraón. De esta forma, se protegían su cuerpo y sus riquezas para que se mantuvieran durante toda la eternidad.

Las pirámides más destacadas son las de Guiza, tres modelos que pertenecen a los faraones Keops, Kefrén y Micerinos. La de Keops tiene una altura de 145 metros y en su interior cuenta con una galería principal de 37 metros, en la que se hayan dos conductos para que el alma del faraón pudiera salir.

Hipogeo

Tras la época de las pirámides, llegó la de los hipogeos. Éstos eran tumbas excavadas en la roca que alcanzaron su esplendor en el Imperio Nuevo.

Este cambio se debió a los continuos saqueos que sufrían las pirámides. De este modo, se intentaban esconder al máximo posible las tumbas de los faraones y las riquezas que se encontraban en ellas.

El hipogeo más importante es el del Valle de los Reyes, en Lúxor, la antigua Tebas. En esta ubicación hallamos un total de 28 faraones enterrados a lo largo de 420 años.

Un tipo de tumba parecida fue el speos, que era una combinación entre templo e hipogeo. Por otro lado, los hemispeos contaban con una fachada decorada y una parte excavada en la roca, como es el caso del Templo de Ramsés II, en Abu Simbel.

Arquitectura civil

La arquitectura civil es la que menos a trascendido de la historia egipcia, ya que son pocos los ejemplos conservados que podemos encontrar hoy en día.

Vivienda

La construcción doméstica, al contrario que los monumentos religiosos, era un tipo de edificación perecedero, ya que se utilizaban materiales como el adobe y el ladrillo. Como consecuencia, no quedan restos en la actualidad y la información que se posee proviene de los relieves de otros edificios.

Las casas tenían una estructura cuadrangular y tan sólo contaban con una entrada. Normalmente, tenían un máximo de tres habitaciones, aunque las clases más altas poseían viviendas más grandes que incluían una parte exclusiva para el servicio.

Algunas de éstas tenían un patio interior del que aprovechaban la luz. Las villas de los nobles se localizaban fuera de las ciudades. Asimismo, alrededor de las pirámides, se formaban ciudades de obreros.

Palacio

El palacio real era la residencia del faraón y su familia. Se situaba en las afueras de la ciudad y, a veces, para comunicarse con ésta, contaba con una avenida. Se construían con materiales más resistentes.

Entre las distintas habitaciones, se encontraba el salón de recepciones. Un elemento de algunos palacios que llamaba la atención era la ventana de las apariciones, desde la que el faraón se asomaba para que los súbditos lo pudieran ver.

Esta vivienda oficial solía tener además grandes jardines en los que incluso se podían encontrar animales. Uno de los palacios más destacados es el Palacio Norte, en Amarna, en el que se piensa que vivió la reina Nefertiti.

Si quieres conocer más sobre el estilo de vida de los faraones, en el siguiente artículo encontrarás todos los detalles: Faraones del Antiguo Egipto.

Obras de arte

Las obras de arte que acompañaban a los grandes edificios no pasaban desapercibidas, pues también se caracterizaban por su monumentalismo. La escultura que más se repite en esta cultura es la del faraón con los brazos pegados al cuerpo, aunque también había de dioses y animales.

Asimismo, la figura que más llama la atención es la de la esfinge: una criatura que tiene cuerpo de león y cabeza humana, aunque también hay modelos con cabeza de otro animal, como las esfinges de Karnak.

Entre las que se conservan, destaca la esfinge de Guiza. Ésta alcanza una longitud de 73 metros y una altura de 20 m. El rostro es el del faraón Kefrén y se piensa que estaba pintada. La finalidad de estas creaciones era la protección de los templos y las tumbas.

En cuanto a la pintura, se elaboraban frescos en los muros de los edificios. La temática era variada y hallamos representaciones religiosas, de la vida cotidiana, etc. Los faraones y las personas importantes se representaban de mayor tamaño que el resto.

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