La gastronomía local es netamente mediterránea, pero la influencia del Medio Oriente le da un giro único. Ejemplo de ello son las «mezedes». Se trata de unos 20 platos distintos con productos regionales: aceitunas verdes y negras, papas con salsa de ajo, vegetales en limón, queso halloumi (mezcla de queso de cabra y oveja) caracoles en salsa de tomate, pulpo en vino tinto, etcétera. Todo se acompaña con pan y ensaladas. Otra delicia local muy popular es el “hiromeri”, cerdo ahumado salado y marinado en vino.

Asimismo, Chipre tiene una tradición de casi 4.000 años en la producción del vino. La isla ya los proveía a los faraones, griegos y romanos. Nombres como el “Commandaria” —cuyo origen data de las épocas de las cruzadas— y el “Zavania”— un fuerte aguardiente a base de uva que puede llegar hasta 99% de alcohol— son bebidas muy valoradas en el país y el mundo.

Sin embargo, no sólo destacan las bebidas alcohólicas. El “airani” hecho a base de yogur, es bastante refrescante. Mientras que el “soumada” (bebida caliente a base de almendras) y el café chipriota, brindan el calor y energía necesarios para la montaña. El café se pide “sketo” (sin azúcar), “metrio” (medio) o “glyko” (dulce), y siempre se sirve con un vaso de agua.

En el pasado estos sabores han sido alabados por viajeros y poetas. Hoy en día son los médicos y especialistas los que recomiendan la dieta local por su bajo colesterol y alto contenido vitamínico.

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