El pueblo palmero es muy alegre y la isla de La Palma lo refleja en la gran cantidad de festividades todo el año. A los tradicionales festejos de Navidad, Reyes, Semana Santa, Corpus Christi y los Santos Patronos de las localidades se suman algunas fiestas dignas de nombrar.

Todas las fiestas se caracterizan por estar ligadas a la naturaleza, aunque sean de origen religioso, y por ende se unen a una gastronomía especial y de muy buen gusto. Así nacen la Fiesta del almendro en flor de Puntagorda en febrero, la Feria Agrícola de San Antonio del Monte de Garafia a mediados de junio, o las fiestas de vendimia.

Una de las más entrañables que se realiza desde 1860 es la procesión de la Bajada de la Virgen de las Nieves, patrona de La Palma. Cuando una gran sequía azotó la isla y, desde el Santuario del Monte los isleños sacaron a su Virgen para pedir ayuda. Cada cinco años se repite el ritual, con antiguas danzas entre las que destaca la Danza de los Enanos, con trajes característicos.

Carnaval, en el mes de febrero es la más populosa de todas las festividades, y además de todas las actividades tradicionales en las Islas Canarias para la ocasión, se añade una particular batalla de polvos de talco.

Tirajafe tiene un festejo muy particular en el mes de septiembre, la Verbena del Diablo, que merodea por la plaza entre fuegos artificiales, hasta que la Virgen de la Candelaria, victoriosa, pone fin a su paseo.

También en septiembre tiene lugar la fiesta en honor a San Miguel Arcángel, patrono de la isla, con festejos especiales en Tazacorte y el tradicional baile de los Caballos Fufos, cargados por los bailarines en un desfile encabezado por una jirafa.

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