El faraón era una figura semidivina y perteneciente a una sucesión de dinastías que controlaba la vida en el Antiguo Egipto. La cooperación de esta civilización se regía en base a un sistema de creencias religiosas donde el faraón garantizaba la unidad del pueblo. ¿Cómo se organizaba la vida bajo el poder de los faraones? ¿Cuáles fueron los más importantes?

A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar en este artículo.

¿Cómo fueron?

Como se ha mencionado anteriormente, el Faraón era considerado una figura semidivina que gobernaba en el Antiguo Egipto. En otras palabras, el término faraón (de origen bíblico) es sinónimo de rey.



En egipcio, faraón significa casa grande, pero este término solo podía emplearse en puridad, es decir, cuando Egipto llegó a serlo como tal a partir del Imperio Nuevo (c. 1550 a.C.-1070 a.C.) tras el reinado de Hatshepsut.

Los faraones se identificaban con el dios Horus (término helénico que significa el elevado; en egipcio llamado Hor), que era el dios celeste de la mitología egipcia.

Se le consideraba el iniciador de la civilización del Antiguo Egipto. Este ser divino aparecía representado con aspecto semihumano, esto es, con cabeza de halcón y cuerpo de hombre. Sobre la cabeza llevaba una Corona Doble, considerada uno de los símbolos más distintivos de los faraones y dioses del Antiguo Egipto.

Junto al faraón debía convivir siempre su Gran Esposa Real. Hacía el papel de ritualista en las diferentes fiestas de la corte, tales como la fiesta de Opet en Karnak, donde el rey y la reina emulaban la existencia divina de varios dioses egipcios. La Gran Esposa Real era, en definitiva, el gran apoyo del faraón durante su reinado.

¿Cómo gobernaban?

Para los faraones y, por consiguiente, la civilización del Antiguo Egipto, todo lo que sucedía en el día a día tenía que ver con la religión. Esto incluía su forma de gobierno, la cual se regía en base a un sistema de creencias religiosas.

Si hay algo en lo que los historiadores coinciden es en que para los egipcios, el Faraón era considerado un Dios y poseía una relación muy estrecha con el resto de dioses de la mitología egipcia. En el siguiente vídeo-documental se explica cómo gobernó el faraón Akenatón, quien se considera que cambió Egipto durante su gobierno:

https://www.youtube.com/watch?v=5FXVXTtVP3g

La forma de gobierno era la Teocracia, esto es, gobierno de Dios. El mismo faraón gobernaba hasta su muerte, por lo que su poder era vitalicio y hereditario, ya que, tras su fallecimiento, uno de sus hijos se convertiría en el nuevo faraón. En casos excepcionales, como por ejemplo si el faraón no había tenido hijos o era demasiado joven para acceder al trono, serían los sacerdotes y los nobles quienes aportarían una solución.

El resto de habitantes del Antiguo Egipto eran considerados súbditos: no podían ni participar en el gobierno, ni elegir quién los gobernaría, ni participar en las leyes ni, por supuesto, cambiarlas o ponerse en contra de las mismas.

El Faraón convivía con su Gran Esposa Real, quien hacía el papel de reina y transmisora del linaje real. Durante la historia del Antiguo Egipcio, muchas han sido las grandes reinas que han asumido el poder absoluto tras la muerte de sus maridos, como por ejemplo la reina Hatshepsut.

No obstante, por debajo de la Gran Esposa Real, el faraón podía tener tantas mujeres como quisiera e incluso ascenderlas a este rango si así lo prefería.

¿Cómo vestían?

La forma de vestir de los faraones egipcios poseía unas características de lo más peculiares entre las que destacaba, sobre todos los elementos, la corona. Existían numerosos tipos de coronas, aunque, no obstante, 7 son las clases más conocidas en nuestros días y de las que se conoce su significado:

  • Corona Roja o Desheret: era el símbolo del Bajo Egipto, zona que abarcaba desde el mar Mediterráneo hasta Dashur (a unos 40 km de El Cairo).
  • Corona Blanca o Hedjet: era el símbolo del Alto Egipto, es decir, la zona sur del país (desde Menfis hasta la primera catarata del río Nilo).
  • Corona Doble o Sejemty: era el símbolo del Egipto unificado. Esta es la corona que lleva puesta el dios Horus, del que hemos hablado más arriba. Se denomina doble precisamente porque se trata de una superposición de la Corona Roja y la Corona Blanca.
  • Corona Osiriaca o Atef: se utilizaba en algunos ritos funerarios como esfera de influencia del dios Osiris.
  • Corona Emplumada o Shuty: la utilizaba la Gran Esposa Real y la Divina Adoratriz de Amón, que era la la garantía por la cual se facilitaba la transferencia de poderes de un faraón a otro.
  • Corona Hemrem o Triple Atef: muchos son los historiadores que coinciden en que esta corona tenía una función solar. Se denomina Triple Atef porque se trata de una superposición de tres coronas Atef.

Aparte de la corona, los faraones vestían con ropa de lino, ya que esta era la planta nativa de la región. Su vestimenta destacaba por ser prácticamente transparente, cualidad que se empleaba como representación de su riqueza.

En la cabeza, llevaban la característica pieza de lino con la que se suele representar a los faraones. Esta tela recibe el nombre de nemes.

En la cintura, la tela que se ataban era el shendyt, la cual se envolvía aldededor del cuerpo, desde atrás hacia delante, y encima se colocaban una túnica.

En cuanto al maquillaje, éste se llamaba khol y se lo aplicaban alrededor de los ojos para reducir el reflejo del sol y evitar infecciones.

¿Cómo vivían?

La rutina diaria de la civilización del Antiguo Egipcio se resume en las costumbres y tradiciones de sus habitantes, incluyendo desde sus oficios hasta la economía, que se basaba principalmente en la agricultura.

También la ganadería constituyó una actividad económica muy importante en esta época, gracias a la domesticación de animales y la recolección.

Los egipcios crearon un revolucionario sistema de regadío que dio lugar a un nuevo concepto de economía y almacenamiento, el cual, a su vez, contribuyó al desarrollo de la escritura, el álgebra, la astronomía, etc.

En el ámbito educativo, existía la denominada Casa de la Vida, institución dedicada a la enseñanza de nivel avanzado. En ella se encontraban la biblioteca, el archivo y talleres para la copia de manuscritos.

Tan solo los escribas y los sacerdotes tenían acceso a la Casa de la Vida, que existía ya en el Imperio Antiguo según confirman los historiadores. También tendía a ser la sede del palacio real.

Las damas de la corte eran educadas en la Casa Jeneret, donde se las instruía en la música y la danza. Allí aprendían a tocar instrumentos como el laúd, el arpa o la flauta y aprendían rituales y melodías que, según se creía, podían apaciguar hasta a las divinidades.

En cuanto a las viviendas, las primeras conocidas datan ya del Periodo Predinástico y estaban construidas a base de adobes, con techo de troncos cubiertos de hojas de palmera y barro.

Por lo general, eran casas pequeñas y semisubterráneas de techo inclinado, similares a las que existen en la actualidad. Actualmente, quedan restos de este tipo de viviendas en Amarna y Deir el-Medina.

A continuación os dejamos con un documental donde se muestra al detalle cómo era la vida cotidiana en el Antiguo Egipto:

https://www.youtube.com/watch?v=yxT8G_xzK-8

¿Qué comían?

Como ya comentábamos en el apartado anterior, los egipcios vivían a base de la ganadería y la agricultura, con lo que es evidente que su alimentación se basaba en productos de este tipo.

Lo que se conoce a día de hoy acerca de la gastronomía del Antiguo Egipto es gracias a los diferentes grabados y jeroglíficos hallados en templos y tumbas.

El pan y la cerveza (llamada heneket) eran los alimentos básicos.

El pescado y la carne también formaban parte de los alimentos básicos. Generalmente, las carnes de cerdo, oveja, ave y vaca eran las más utilizadas, aunque las dos últimas se solían reservar para ocasiones especiales.

Fuese cual fuese el tipo de carne, el modo de preparación era asado, secado y, finalmente, conservado en salazón. El pescado más consumido era el mújol, a partir del cual se hacía la botarga, receta que aún a día de hoy se consume en todo el Mediterráneo.

Ajo, cebolla, habas, guisantes, lentejas, col, pepino, lechuga, puerro, rábanos… estos eran los vegetales más consumidos en el Antiguo Egipto.



Por su parte, los dátiles, la uva, la granada, el melón y el sicómoro eran las frutas preferidas de esta civilización. Por último, la miel se utilizaba tanto en la preparación de postres como en la elaboración de muchos remedios naturales.

¿Cuántas dinastías hubo?

La primera dinastía de faraones comenzó en el denominado Periodo Arcaico, allá por el año 3000 a. C., y se la conoció como Dinastía I. A partir de ahí, comenzaría una sucesión del trono que terminaría en el Periodo Helenístico. En total, hubo 33 dinastías. En la siguiente lista se muestran los distintos periodos por orden cronológico junto con las dinastías que gobernaron dentro de cada uno:

  • Periodo Arcaico (3000-2686 a.C.): Dinastías I y II.
  • Imperio Antiguo (2686-2181 a.C.): Dinastías III, IV, V y VI.
  • Primer Periodo Intermedio (2181-2025 a.C.): Dinastías VII y VIII, y Dinastías IX y X.
  • Imperio Medio (2125-1773 a.C): Dinastías XI y XII.
  • Segundo Periodo Intermedio (1773-1550 a.C.): Dinastías XIII, XIV, XV, XVI y XVII.
  • Imperio Nuevo (1550-1069 a.C.): Dinastías XVIII, XIX y XX.
  • Tercer Periodo Intermedio (1069-656 a.C.): Dinastías XXI, XXII, XXIII, XXIV y XXV.
  • Periodo Tardío (672-332 a.C.): Dinastías XXVI, XXVII, XXVIII, XXIX, XXX y XXXI.
  • Periodo Helenístico (332-30 a.C.): Dinastías Macedónica y Ptolomeica.

¿Cómo se enterraban?

En el Antiguo Egipto, los egipcios llevaban a cabo una serie de rituales de enterramiento necesarios para, según sus creencias religiosas, asegurarse de la inmortalidad del fallecido tras la muerte.

La principal costumbre funeraria era la momificación, la cual seguía una serie de protocolos en los que se incluían desde hechizos mágicos hasta la inclusión de objetos concretos dentro de las tumbas. A continuación se incluye un vídeo-documental en el que se explica paso a paso en qué consistía el proceso de momificación:

Mediante la momificación se impedía que el cadáver llegase al estado de putrefacción natural y, de este modo, se aseguraba la conservación de su cuerpo material para poder así unirse al alma en el Más Allá y continuar su camino.

Los egipcios creían que todo ser humano se componía del ba y el ka, siendo el primero el alma y el segundo el despertar en su nueva vida. Con la momificación, se pretendía que ambos elementos se reunificaran en el cuerpo para poder así alcanzar la inmortalidad.

El proceso consiste en colocar el cuerpo sobre una tabla plana. Una vez ahí, se le realiza un corte en el abdomen. Este paso era habitualmente llevado a cabo por un sacerdote con una máscara del dios Anubis, el dios funerario del Antiguo Egipto.

Después, el cuerpo se lavaba con vino de palma y se extraían todos los órganos vitales menos el corazón, el cual debía dejarse intacto. Finalmente, recitaban una serie de hechizos extraídos del Libro de los Muertos.

¿Quiénes fueron los más importantes?

Muchos son los faraones cuyo reinado supuso un antes y un después para el Imperio del Antiguo Egipto. Sin embargo, tan solo unos pocos cuentan con especial relevancia en nuestros días para la historia universal.

Desde la Dinastía I hasta la Dinastía Ptolomeica, a continuación realizamos un repaso por los faraones egipcios más importantes en orden cronológico.

Narmer o Menes

Este fue el primer faraón del Antiguo Egipto, quien fundó la primera dinastía en el año 3150 a.C. aproximadamente. Durante su reinado, conquistó las tierras del Delta del Nilo y fundó Menfis. También mandó construir el Templo de Ptah. Su sucesor fue Aha, quien consolidó la unificación de Egipto.

Hetepsejemuy

De la dinastía II destacó el faraón Hetepsejemuy, quien reinó entre 2828 y 2800 a.C.

Su nombre significa los dos poderes están en paz, algo que la mayoría de historiadores relacionan con el hecho de que, durante su reinado, las luchas entre Bajo Egipto y Alto Egipto terminaron.

Uno de los principales avances que sucedieron durante su reinado es el paso de utilizar tablillas epónimas a emplear impresiones de sellos cilíndricos.

Zoser

Zoser fue el segundo faraón de la tercera dinastía y su gobierno duró desde aproximadamente 2665 hasta 2645 a.C. También se le conoce bajo otras denominaciones como Necherjet, Dyeser, Djoser, Djeser y Dyeser.

Necherjet significa cuerpo divino, mientras que Dyeser y derivados equivalen a sublime. Su tumba se encuentra a día de hoy en Bet Jalaf. Gracias a este faraón, tuvo lugar la construcción de la primera pirámide monumental: la pirámide escalonada de Saqqara.

Keops

El faraón Keops (también llamado Jufu o Jéops) fue el segundo faraón de la IV dinastía. Durante sus 23 años de reinado, Keops se casó con Meretites y Henutsen y la monarquía alcanzó su mayor poder.

Su importancia en la historia del Antiguo Egipto fue tal, que años más tarde, durante el periodo tardío de Egipto, fue venerado como un dios. Sin duda, la mayor hazaña de este faraón fue la construcción de la Gran Pirámide de Guiza, cuya finalización data aproximadamente del año 2570 a.C.

Teti

El faraón Teti (también llamado Otoes u Othoes) fue el primer faraón de la VI dinastía, cuyo gobierno duró desde aproximadamente el año 2322 hasta 2312 a.C. Teti destacó por sus intentos de instaurar un gobierno centralizado, ya que veía como los nomarcas iban adquiriendo cada vez más y más poder.

Además, otorgó por decreto tierras a Abidos y eximió a la región de impuestos debido a sus malas cosechas. Actualmente, en el Museo Egipcio de El Cairo se puede encontrar la única estatua del faraón que se ha podido encontrar.

Amenofis III

Amenofis III o Amenhotep III fue el faraón más importante de la dinastía XVIII, cuyo gobierno comprendió el periodo que va desde 1390 hasta 1253 a.C.

También recibe otras denominaciones como Imenhotep III, Amenophis III y Memnon, todos ellos nombres helenizados. Comúnmente, se ha pensado que este monarca era algo incapaz, ya que dedicó gran parte de su reinado a la edificación de tumbas y templos.

Tutankamón

El rey faraón Tutankamón perteneció, al igual que Amenofis III, a la dinastía XVIII de Egipto, entre 1336 y 1327 a.C. También se le conoció como Ratotis, Ratos o Atoris y su reinado duró un total de 9 años.

El joven Tutankamón fue el último faraón de sangre real de la dinastía. Su reinado se caracteriza porque en él se produjo un retorno a la normalidad tanto en el panorama social como religioso.

Seti I

Seti I o Sethy I fue el segundo faraón de la dinastía XIX, quien gobernó un total de 15 años (1294-1279 a.C.). Hijo de Ramsés I y Sitra, Seti I pacificó y reordenó Egipto. Una de sus mayores hazañas fue dominar a los poderosos sacerdotes de Amón.

La dinastía XIX fue, por lo general, una familia de faraones guerreros, debido a su origen militar. Así, el hijo de Seti I, Ramsés II, no fue una excepción.

Ramsés II

Ramsés II gobernó durante 66 años consecutivos, en concreto, desde 1279 hasta 1213 a.C. Se le conoce como uno de los faraones más célebres de la historia de Egipto, debido en gran parte a los numerosos vestigios de su reinado que se han conservado hasta nuestros días.

Ramsés II fue un rey guerrero. Ya cuando era joven, acompañó a su padre en campañas militares para sofocar rebeliones en Canaán y también lo secundó más tarde en la guerra contra los hititas.

También se le conoce como el rey constructor, ya que durante su reinado construyó numerosos templos enormes en las riberas del Nilo.

Cleopatra VII

Cleopatra VII, también conocida como Lágida, fue la última reina del Antiguo Egipto, perteneciente ya al Periodo Helenístico.

Hija de Cleopatra V Trifena y Ptolomeo XII Auletes, heredó el trono a sus 18 años de edad junto con su hermano Ptolomeo XIII, quien solo tenía 12 años y más tarde pasaría a convertirse en su marido (esto sucedía con frecuencia en el Antiguo Egipto).

Desde siempre, a esta reina se le ha atribuido una belleza extraordinaria, pero numerosos escritos demuestran que su encanto provenía más bien de su personalidad.

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