Las costumbres de Suecia son casi las mismas que en el resto de Europa. Como en muchos países de Escandinavia, sacarse los zapatos al entrar a una casa es la norma. Esto tiene un fin práctico más que tradicional: con lo húmedo o nevado que puede ser el clima es mejor evitar ensuciar la casa. De todas formas pregunta a tus anfitriones antes de hacerlo.

Los suecos son personas muy preocupadas por respetar la privacidad. Ejemplo de ello es que tanto los vendedores como los camareros sólo reciben a los clientes con un breve saludo. Es normal que tengas que pedir atención.

Los fumadores tienen el panorama complicado. En Suecia no está permitido fumar en ningún establecimiento cerrado, llámese restaurantes, hoteles y hasta bares.

El país tiene una tradición pacifista (no tienen una guerra desde 1814) y tolerante. Es el país industrializado que más refugiados a tomado en relación a su población y son los anfitriones del Premio Nobel. Por ello cualquier tipo de comentario intolerante es muy mal visto.

Los suecos celebran el 30 de abril y el 1 de mayo la fiesta de origen pre-cristiano llamada la Noche de Walpurgis. Durante estas fechas, la gente quema todo aquello de los que se quieren desprender: puertas viejas, papeles, árboles podados o cajas de cartón.

El Día de todos los Santos es una fecha de dignidad en Suecia. Se acostumbra a encender velas en las tumbas de los familiares. El paisaje que se genera es muy bonito.

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