En Noruega son directos y algo reticentes hacia la conversación. Sin embargo, son sinceros y tolerantes. Si haces algo mal, entenderán y te lo dirán sin rodeos. Sus costumbres y convenciones sociales no son muy diferentes a las del resto de Europa.

El saludo se da con un apretón de manos. Entre hombres y mujeres que se conocen, el saludo es con un abrazo. Es muy raro que se besen la mejilla. Una de las primeras preguntas que te harán al saludarte es qué te parece su país. Dado que sienten que su país no es muy conocido, hablar bien y mostrar conocimiento sobre este será extremadamente valorado.

Quizá un rasgo que más curioso es el hecho que los noruegos rara vez usan “por favor”. No es por un tema de educación, sino porque el idioma noruego rara vez usa esta palabra. Por otro lado, la palabra “gracias” se usa para todo.

Los noruegos usan el primer nombre en cualquier situación formal. No existe una manera correcta para hablar con gente diferente “jerarquía”. Las formalidades se demuestran por acciones y no en palabras. La calma, el tono de voz bajo y el silencio son virtudes muy apreciadas, no deben confundirse con mal humor.

La ropa informal es común. No existe un código de vestimenta. A pesar de ello, algunos bares y clubes no aceptan clientes en tenis y tejanos. Cuando te invitan a una casa asegúrate de quitarte los zapatos. Los pisos de madera noruegos son delicados y cualquier contacto con la nieve o el barro los pueden arruinar. Si no quieres permanecer sin zapatos, puedes llevar unos para interiores.

A pesar de ser un país muy tolerante y abierto, hay ciertos temas que es mejor evitar. Por ejemplo, Noruega es un país con una industria ballenera muy activa. Aunque siempre hay focos de oposición entre los noruegos, la mayoría se ensartará en acaloradas discusiones a favor. Otro tema sensible es la Segunda Guerra Mundial, cuando fueron ocupados por Alemania. Por ello evita cualquier mención de esta.

El 17 de mayo se celebra el día nacional de Noruega. Hay desfiles y danzas por las principales calles de todos los pueblos y ciudades. Entre los asistentes se acostumbra usar la vestimenta típica llamada el “bunad” el traje rural típico de los noruegos.

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