Navarra cuenta con costumbres muy ricas y variadas. Definitivamente, el encierro y las corridas de toros en San Fermín son las más conocidas; sin embargo, hay todo un mundo de tradiciones en Navarra que se debe conocer.

Una costumbre muy curiosa es la del Rey de la Faba, a comienzos del año. La emoción embarga a los niños cuando descubren que su trozo de rosco contiene el «haba» o pequeño regalo escondido en la masa, lo que les da derecho a ser acogido en un palacio, iglesia o castillo y ser proclamado Rey de Navarra con el mismo ceremonial de la Edad Media. Esto procede de una antigua fiesta infantil.

Los carnavales tienen un carácter singular, sobre todo en el norte de Navarra. Las gentes se disfrazan en Ituren y Zubieta para acompañar a los «ioaldunak» o «zanpantzar» que desfilan de un pueblo a otro. El carnaval de Lantz es el más conocido; aquí es ajusticiado y quemado el bandido Miel Otxin, representado por un gran muñeco de paja.

La religiosidad está muy arraigada entre los navarros. Entre las más celebres costumbres está la multitudinaria «Javierada«, una silenciosa manifestación popular en el castillo de Javier, la cuna del patrono de Navarra Francisco de Javier. Durante el Viernes Santo salen las procesiones de pueblos y ciudades donde se puede «ver» el aire, representado en un pendón. Por la noche del Sábado Santo, el claustro de la Catedral de Pamplona es escenario de la procesión del Encuentro entre el Cristo resucitado y su Madre. Al día siguiente, la Pascua se festeja en Tudela con la Bajada del Ángel, ceremonia en la que un niño desciende por el aire para retirar el velo de luto que cubre el rostro de María.

Bajada del Ángel
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Las fiestas de verano comienzan con las hogueras de San Juan. En la noche más corta y luminosa se queman los trastos inútiles que impiden vivir con libertad la mejor época del año, aquella en la que las localidades de Navarra estallan con las fiestas patronales, entre las que destacan los universales «Sanfermines«.

En Navidad el Olentzero, carbonero gordo y bebedor, baja del monte para anunciar el acontecimiento en la Nochebuena y traer regalos a los niños; esta fiesta, que tiene su origen en Lesaka, se ha extendido a otras localidades rurales y urbanas.

Finalmente, la última noche del año, los jóvenes, especialmente en Urdiáin, celebran el rito del agua; recogen en vasijas el agua nueva de la fuente y la ofrecen a las autoridades y vecinos a cambio del aguinaldo.

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